Tratando de cambiar[Candice]

-Estaba caminando por el puente con mi chaqueta de cuero que había comprado no hace poco necesitaba re-modelar mi armario de ropa nueva por eso cuando llegue a New York no dude en ir a comprar ropa nueva y gastar un poco de dinero en eso, sonriendo cuando veo mucha gente en los puentes de la gran manzana suspire un poco y me acorde que vería a Candice aquí esa rubia uf... si que me gusta y demasiado pero soy demasiado tímido en decir celo y la verdad prefiero ser amigo de ella que arriesgarme así ella tuviese cuantos novios encima no me importa, sonriendo un poco llegue a uno de los puentes más largo y sonriendo empiezo ver el lago-

-Viendo cómo corre el agua saco de mis bolsillos mi celular nuevo que compre hace poco suspiro y veo que no hay mensajes nuevos todos mis amigos me dijeron que debía cambiar mi personalidad y que no sea el chico echon, el chico ego que antes fui pero no lo se a mi me gustaba hacer así pero si eso me aleja de mis verdaderos amigos no me queda de otra, mire la hora en mi reloj de muñeca marcaban las 3 de la tarde y Candice nada que aparecia-

Las dos y cincuenta minutos de la tarde. La rubia se encontraba en el peor tráfico de su vida. Como lamentaba en esos momentos no haber sacado la motocicleta. Bueno, en realidad, aunque quisiera, no hubiese podido hacerlo ya que estaba en reparación. Y lo único decente que había conseguido, había sido un taxi ya que ni un bus pasaba. Había quedado con Logan en los puentes de la ciudad, aprovechando que estaba pasando un tiempo en New York gracias al VS. Logan era alguien simplemente genial, su mejor amigo, podía atreverse a decir. Y le gustaba su compañía, ¿Para que negarlo?

Veinte minutos más tarde, el auto se detuvó en su destino. Candice pagó al chofer con una dulce sonrisa y bajó del carro algo apurada. Gracias al cielo, había logrado cambiarse antes de salir del estudio, por lo que llevaba unos jeans algo degastados, una blusa negra de los Beatles y unos converses del mismo color que la blusa. Buscó rápidamente con la mirada a su amigo, hasta que logró dar con él. Esperaba que no estuviera enojado por su retraso. Se acercó sigilosamente por atrás y lo abrazó por el cuello, cariñosamente a forma de saludo. Se separó de él e hizó un tierno puchero, su famoso puchero-Lo siento, lo siento. Me retuvieron más de lo que esperaba en la sesión de fotos, pero ya me tienes aquí-comentó sonriendo. No le mentía, era cierto que la habían retenido y no podía hacer nada contra el trabajo.

-La mira cuando llego, ¿Debería estar molesto porque llego cinco minutos tarde a la hora que acordaron? Jamás, Jamás se enojaría con ella no lo se le tiene mucho aprecio se muerde el labio vaya si es que había cambiado después de la última vez que nos vimos, reí un poco mientras alce una ceja-No te preocupes cariño, todo esta bien-Le guiño el ojo mientras guardo el celular en unos de mis bolsillos del jean que traía puesto, luego sonrei mientras me muerdo el labio-¡Vaya! Estás más hermosa que antes-Ríe un poco-De verdad, que no te reconosco-sonrio sacandole la lengua divertido y luego la abrazo para caminar a su lado-Tengo tantas cosas que contarte... mi bisexualidad... bueno, soy bisexual y adivina con cual chico estoy saliendo-Dije ansioso riendo, con ella podria ser yo-.

Sonrió aliviada cuando se dio cuenta de que no estaba enojado. Rió al escuchar sus palabras, su alago y el que no la reconocía-Bien, lo tomaré como algo bueno, Logan-comentó aun sonriendo divertida-Además, tú no te quedas atrás-comentó sonriendo con dulzura. Cuando recibió el mensaje de Logan para quedar en los puentes, sospechó que su amigo tenía algo que decirle. Y cuando comenzarón a caminar, esa sospecha se hizo realidad. Abrió los ojos como platos ante su confesión y luego, le dedicó una sonrisa de ánimo-¡Vaya! No pierdes el tiempo, ¿Eh?-comentó riendo levemente. Comenzó a pensar con que chico podía estar saliendo Logan, pero no se le ocurrió ninguno-Ehm...Pues, tengo en la mente a tres chicos, pero de todas maneras sabes que soy mala para las adivinanzas. Así que dime, ¿Sí?-preguntó haciendo acopio de uno de sus famosos tiernos pucheros de los que usaba para convencer a la gente. Sonrió, feliz, por su amigo. Por lo menos él había conseguido a alguien y no era como Candy, que aun no conseguía a nadie.