Party night! -Darren- +18

Recuerdo del primer mensaje :

Habían sido días muy ajetreados para todo el elenco, pero por fin habían logrado llegar al final del primer arco de la segunda temporada. Ahora la serie entraba en un receso, un hiatus que duraría un buen tiempo y que quizá les daría la posibilidad de un merecido descanso si no es que se entregaban a nuevos proyectos. Por lo que fuera, Mark Salling, actor interprete de Noah Puckerman, consideraba que a pesar de todo y después de tanto ajetreo, bien merecían una noche de diversión donde se olvidarán de itinerarios, llamados y todas esas cosas, en la que olvidaran cualquier reserva y solo se entregaran a la algarabía que les daba el simple hecho de estar juntos.

Por esa razón organizó una fiesta en su casa para todo el cast (y cualquier miembro de la producción que estuviera interesado). No era la primera vez que Mark hacía algo como eso, casi cada culminación de parte de temporada o de temporada completa, culminaba en casa de Mark con una reunión "sencilla" donde corría el alcohol y la buena música entre las botanas y los cigarrillos. Sí, cualquier ojo indiscreto que tuviera acceso a aquel hogar, no creería la clase de "Bacanal" que los niños lindos del glee cast solían tener en noches como esa.

Ahora la consigna de la fiesta no era solo divertirse y relajarse después de tan ardúo trabajo, había un plus en el motivo de la reunión y esa era integrar a los nuevos miembros del cast a la gran familia, por aquella razón, Chord y todos los miembros de los Warblers fueron invitados, pero al que tenían más interés de integrar era a Darren Criss, pues muchos consideraban que su personaje de regular podía dar el gran salto a fijo dado el giro de su línea argumental.

Mark se había encargado de hacer pasar la voz sobre la fiesta. Chris y Darren acababan de terminar sus escenas cuando el chico del mohicano los interceptó para hacerles saber a que hora debían ir. Colfer rodó los ojos, sin dejar de sonreír, asintiendo y asegurando que estarían ahí.

Chris aun se sentía algo raro a lado de Darren después de su auto descubrimiento amoroso. Más no por eso dejaba que la amistad pagara por ello. Seguía charlando con Darren de la misma forma cordial y alegre, jugando con él cuando la ocasión se daba y riendo como locos cuando Criss decía alguna de sus ocurrencias.

Colfer consideraba que ya tenía todo bajo control y que solo sería cuestión de tiempo para que aquello quedara muerto y enterrado. La fiesta de Mark (pese a que nunca le dejaban beber alcohol) era una buena oportunidad para relajarse y distraerse de ello.

Quedó pues, con Darren, para pasar por él a su casa y llegar juntos a la fiesta. Al ingresar al apartamento de Salling, aquello ya parecía tener un rato de haber empezado. Heather y Naya bailaban en la sala, donde habían hecho la mesa a un lado, mientras Corey y Kevin, con una cerveza cada uno, yacían sentados en un rincón, charlando casi a gritos por el ruido de la música.

Mark, al ver a los recién llegados, les salió al paso, dándoles la bienvenida e indicándoles donde se hallaban las bebidas y la comida, pero antes de que partieran a tomar algo, le advirtió de nuevo a Colfer que se mantuviera alejado de las bebidas alcoholicas. Colfer solo rodó los ojos con fastidio.

-Me trata peor que a un bebé.- Le susurró a Darren por lo bajo, riendo.

claramente.

La mano de Darren se había separado de la entrada de Chris, este exhaló un último gemido, su respiración seguía agitada y luchaba en vano por moderarla.

Pero sería imposible, pues si bien los dedos de Darren habían abandonado su entrada, ahora sus manos separaban sus muslos para abrirse camino nuevamente hacia él. Miró a su amigo, posicionándose entre sus piernas, acercando el glande entre sus glúteos. Chris solo acertó a cerrar sus manos en los brazos del starkid, pues este empezaba a penetrarlo, abriéndose paso hacia el interior de su cuerpo con la punta de su erección.

Chris jadeaba agitado, gemía adolorido, ¡Aquello era terriblemente doloroso! Pero a la par era endemoniadamente placentero. Las manos de Chris se crispaban en la piel de los brazos de su amigo, sus piernas, inconscientemente, pugnaban por unirse para evitar la intromisión, cosa que no pudo ser pues Darren se hallaba entre ellas, así que solo logró encajonar a Criss entre sus muslos.

Poco a poco, la oleada de placer superaba al dolor (no es que este desapareciera, es solo que la excitación sexual se imponía a este). Chris se arqueaba aun más que cuando Darren le estaba preparando con sus dedos. Se retorcía y se estremecía, gimiendo agitado, disfrutando totalmente de la experiencia, pero en especial, disfrutando de estar con la persona que ama, aunque no se lo haya confesado aún.

Le escuchó hablar y solo atinó a soltar una risita entre los gemidos y jadeos de dolor y placer. Al parecer su amigo no podía dejar de hablar y eso le hizo sonreír, no dejaba de ser su Darren, parlanchín y expresivo aun en los momentos más inverosimiles.

Pero estaba de acuerdo con él, That's so damn hot! El cuerpo de Chris se hallaba despertando a todas aquellas nuevas sensaciones de golpe y se sentía fascinado. Aquella maravillosa y extraña mezcla de dolor y placer era tan adictiva, podría volver a repetirlo mil veces sin arrepentimiento.

Solo claro, si es con Darren.

En breve, ambos estaban completamente unidos. Darren había logrado penetrarlo totalmente a pesar de los difícil que era por la estrechez de aquella cavidad virgen. Chris lanzó un grito cuando la unión se había consumado; grito que solo Darren pudo escuchar, pues la música en el living se hallaba en tan alto volumen que los sonidos de la habitación se perdían entre el ruido de la fiesta sin ser percibido por nadie.

La respiración de ambos era agitada, más que antes. Los dos debían acostumbrarse a ese nuevo estado, a aquella invasión recién lograda. Chris miraba a los ojos de su amigo, aun entre la bruma del licor sobre su raciocinio, no podía evitar observarlo con adoración (la cual esperaba que se confundiera con el sopor del licor).

Conforme Darren se abría paso al interior de Chris, le fue prodigando una serie de besos dulces y suaves en el rostro, los cuales ayudaron a Colfer a relajarse aun más; en el fondo lo agradecía infinitamente, pues eso ayudaba a que su cuerpo asimilara la intromisión con mayor facilidad.

Ambos se hallaba muy agitados, sudando, respirando con cierta dificultad, producto de la excitación que estaban experimentando y el esfuerzo físico requerido. Colfer seguía mirando a Criss fijamente, con dulzura; después de un instante, los labios de Darren buscaron los de Chris, atrapándolos en un beso diferente a los anteriores; pues si bien antes se habían comido el uno al otro a besos, caricias lujuriosas y hambrientas que parecían tener el fin de devorar al contario, este nuevo beso parecía más dulce y casi... ¿amoroso?, pues derramaba cariño, o por lo menos eso sintió el contratenor.

A raíz de este beso, el cuerpo de Chris terminó por relajarse por completo, rindiéndose totalmente a su conquistador. El cuerpo de Darren comenzó aquella exótica danza, sus caderas iban y venían en una serie de embestidas que hacían que Chris se arqueara a cada vez, jadeando, gimiendo, con los labios contra los de su amigo.

Las caderas de Colfer pronto acompañaron en el ritmo a las de Criss, sincronizándose perfectamente, como si fuera una danza que hubiesen ensayado miles de veces. El contratenor posó sus manos en los glúteos de su amigo para así poder acompañar con ellas las embestidas que aquella cadera le hacía. Volvió a echar la cabeza hacia atrás en un arranque de pleno placer.

-Da... Darren... No te detengas, por favor.- Repetía Colfer entre gemidos y jadeos, sintiendo que se hallaba en el cielo, acompañado de Darren.-...no te detengas. Darren... Te...- De pronto se calló, solo los jadeos acompañaban el baile que habían emprendido los dos. Se estaba mordiéndo los labios a fin de no seguir hablando.

Todo porque notó que estuvo a punto de decirle "Te amo".

Una de sus manos subió a la espalda de Darren, acariciándola, para luego perderse de nuevo entre sus rizos. Las piernas de Chris rodearon las de Darren, atrapándolo así contra su cuerpo, sin el menor deseo de dejarlo ir. Si por ahora era suyo así quería estar. Aunque tuviese que continuar mordiéndose los labios para que las traicioneras palabras no le delataran.

La danza se había tornado más intensa aún. Colfer podía sentir como la punta de la erección ajena golpeaba lo más profundo de su ser, enloqueciéndolo aún más; seguía mordiéndose los labios, pero los gemidos y jadeos continuaban acompañando sus movimientos mientras le aferraba más contra su cuerpo.

Por un rato solo la respiración agitada de ambos, mezclada con la música proveniente del living era lo único que acompañaba aquel intenso momento; pero pronto Darren empezó a llamarle, primero como hacía habitualmente, para luego pronunciar su nombre completo, llamándole "Christopher". El escucharle llamarle de esa forma, con su voz enronquecida por el esfuerzo físico y la lujuria, hizo que los sentidos de Colfer se estremecieran aun más si eso era posible, colmándole de una extraña felicidad. Que Darren le llamara por su nombre (no Chris, que podía tomarse como el diminutivo del nombre de una chica), era una prueba de que a pesar de la bruma del alcohol, estaba consciente de con quien se hallaba en ese momento, de que estaba con un chico y aun así lo estaba haciendo suyo sin reserva alguna. Extasiado, comenzó a besarle el mentón, la mejilla, la sien, todo lo que de su rostro se hallaba más a su alcance, devorándolo con ansiedad, lujuria y deseo.

El contacto de las manos de Darren sobre la piel de su cadera le daba la sensación de quemarlo, pero lejos de querer alejarse, deseaba aferrarse aun más a él. Cada embestida de la erección ajena dentro de él, dolía, pero también era acompañado de una oleada de placer que le hacía gemir con mayor intensidad. Su propia erección rozaba a cada estocada de Darren, con el abdomen del starkid, de manera que la fricción ejercida en aquella danza, contra la extensión del contratenor, le provocaba doble sensación de placer.

Definitivamente aquello era la gloria. Y Chris simplemente no pensaba en nada. No preveía las consecuencias de aquel rato de lujuria plena, no pensaba en como se sentirían ambos por la mañana, ni temía que Mark pudiera descubrirlos ahí, en su cama, no pensaba en Mía, no pensaba ni si sería capaz de mirar a Darren a la cara después de eso, no, no pensaba en nada.

Escucha su murmullo, y nuevamente la voz ronca y ahogada de Darren, tan cercana a su oído, provoca que su piel se erice. Asiente con la cabeza, entre jadeos logra responder un sí entrecortado. Esta a punto de estallar.

Y ocurre, tras unas cuantas estocadas más por parte de Darren, la simiente de Chris se derrama contra el abdomen del moreno, al tiempo que siente como su interior es irrigado por su amigo, llenándolo totalmente. Chris se arqueó, clavando sus uñas en los brazos de Darren al tiempo que se dejaba llevar por aquel increíble orgasmo, gritando de placer y de satisfacción, con su pecho agitado y los ojos cerrados, llegando más allá del cielo con Darren de la mano.

Poco a poco comenzó a volver a tierra. Su respiración aun era agitada, pero iba controlándose lentamente. Se sentía agotado, pero feliz y extasiado. Aún su mente seguía alterada por el alcohol, aunándole a ello la locura del maravilloso orgasmo. Pero aun así abrió los ojos, al tiempo que su cuerpo se relajaba. Sus labios se hallaban entreabiertos y sus manos iban aflojando lentamente el agarre contra los brazos de Darren. Aun así, seguía abrazado a él, no quería soltarlo, no aún. Aunque no se aferraba con la misma fuerza que antes a causa del estado de relajación en que se encontraba, aun así, quería seguir entre sus brazos.

Su respiración iba regulándose, su cuerpo se hallaba relajado, igual podía sentir a Darren, que parecía volver del orgasmo al mismo tiempo que él.

Pero a diferencia de Colfer, el cuerpo de Darren volvió a tensarse. Chris no lograba comprender que ocurría, solo sintió aquel beso en su frente y supo que algo andaba mal, pues a diferencia de los besos anteriores, llenos de lujuria y ternura, este parecía evidenciar culpa y hasta cierta frustración. Le sintió salir de su interior y tenderse a su lado. Chris comenzó a sentirse desolado.

La cabeza le daba vueltas, tanto por el alcohol como por el efecto químico del orgasmo del que apenas se estaba recuperando. Aun así, se giró un poco para ver a su amigo, el cual yacía recostado a su lado, mirando al techo. Se esforzó por distinguir su expresión entre la oscuridad, notó el brillo en sus ojos abiertos y fijos en la parte superior de la habitación.

Chris se mordió los labios con suavidad (pues le dolían después de haberlos mordido con fuerza para mantenerse callado). La angustia que poco a poco comenzaba a apoderarse de Darren se estaba apoderando del contratenor también.

En verdad había ocurrido, ¿verdad? No se había quedado dormido y había tenido otro de esos sueños raros que últimamente lo aquejaban cada noche y donde Darren aparecía a su lado, haciendo justamente eso que acababan de hacer, no despertaría con los efectos físicos comunes que esa clase de sueños dan a los hombres de su edad, ¿verdad?

No, por desgracia o fortuna, aquello había ocurrido. Había tenido sexo con su mejor amigo, le había suplicado que lo tomara y él había accedido. Ahora, a pesar del mareo que aun le tenía preso, podía recordar los contras de aquel desplante que habían tenido. Recordó que su mejor amigo era un chico heterosexual que a pesar de haber tenido ciertos roces de tipo gay, no por eso podría dejar de sentirse confundido o hasta usado, recordó que dicho amigo tenía una novia a la que amaba y a la que por ende le debía respeto y a la que también él debía haber respetado, recordó que se hallaban en la casa de Mark, en su cama, la cual habían dejado hecha un total desastre.

Pero lo más importante, sentía que todo era su culpa. Él se había aprovechado de su amigo, de aquellas confesiones de las travesuras universitarias, a la menor oportunidad le había saltado encima, pidiéndole tener sexo; se sintió casi como si lo hubiera obligado. ¡¿Cömo le vería ahora a la cara?!

Darren se hallaba callado. Chris no estaba seguro de si seguía despierto o el sopor lo había vencido. La verdad por su parte se hallaba agotado y bien se habría dormido, de no ser porque la culpa lo estaba matando.

Miró de reojo a su amigo, aun se hallaba ensimismado. Quiso preguntarle que pasaba, pero no logró articular palabra alguna. Tragó en seco y respiró profundo.

-¿E-estás bien?- Alcanzó a murmurar con la voz levemente enronquecida. La cabeza seguía matándolo, pero no podía ni quería dormirse, no así.

A pesar de que el pretexto dado por Darren sonaba de lo más lógico, pues él se sentía igual de terriblemente por efectos de la bebida, podía darse cuenta que no era del todo sincero. En sus facciones se reflejaba muy bien la confusión de que era presa.

Eso le caló en lo más profundo al contratenor, pues lo que menos quería era dañar a su amado... sí, su amado, debía admitirlo para sí mismo, era tonto seguirlo negando. Pero ahora con lo que ha ocurrido teme haberlo arruinado todo. Darren parecía muy confundido, se hallaba en medio de grandes predicamentos y todo por culpa de Chris.

La pregunta del starkid, pese a todo, pese a su estado de evidente turbación, sonaba sincera. Eso le dio un dejo de esperanza a Colfer; si Darren aun era capaz de preocuparse por él de aquella manera tan sincera, a pesar del problema en que lo había metido, quizá había una esperanza para su amistad. Asintió con la cabeza, de lo cual se arrepintió pronto, pues se hallaba mareado. Iba a decir algo, pero Darren se le había adelantado, sugiriéndole que durmiera mientras él salía a evitar que Mark entrara a la habitación.

¿Y veremos bien esto otro día? Esas palabras le cayeron a Colfer como un balde de agua helada. No, quizá la esperanza de que todo se arreglara estaba a punto de esfumarse. ¿Qué tal si Darren quería poner distancia entre los dos? Eso serviría para salvar su relación profesional, no lo dudaba, pero... ¿Y su amistad? ¿Acaso su amistad quedaría arruinada?

Sintió que el corazón se le estrujaba al pensarlo. ¿Qué sería de su vida sin Darren? ¿Cómo soportaría pasar el día sin verlo, sin hablar con él, sin sus juegos y sus bromas? ¿Cómo sobrevivir a no tenerlo cerca, a no tener su confianza? Es verdad, sentía más por él que una simple amistad y lo que más anhelaba era ser correspondido, y sí, también ahnelaba lo que acababa de pasar, pero ¡Había sido tan estúpido! No pensó en nada, solo se dejó llevar por el momento, el alcohol y la oportunidad, y por eso estaba a punto de perderlo todo.

Había cerrado los ojos para poner en orden sus ideas y tratar de que su cabeza no diera tantas vueltas. Respiró hondo, y sintió que se hallaba aun desnudo y expuesto, por lo que discretamente tomó la manta de la cama y se cubrió un poco.- No... no te preocupes.- Comenzó a incorporarse.- Me llevaré esto...- Dijo, refiriéndose a la ropa de cama.- Sé donde guarda Mark las mantas limpias, podré poner aquí un poco de orden, me llevaré esto y lo traeré después, limpio.- Murmuraba, ocultando su nerviosismo lo más que los efectos residuales del licor se lo permitían.- Quizá, quizá pueda tomar un taxi e ir a casa.- Sentía unas ganas locas de salir huyendo del lugar y no mirar a Darren a la cara, pues sentía que su amigo quizá podía comenzar a odiarlo y si notaba en aquellos ojos hazel algún dejo de desprecio hacia él, se moriría ahí mismo.

En medio de sus movimientos nerviosos, Darren le había llamado a la calma. Chris, aun angustiado, le prestó toda la atención que le fue posible, procurando mantenerse en calma.

Sí, lo que decía su amigo era muy lógico. Está bien, todos habían quedado en no irse hasta el día siguiente, por lo que no habría conductores designados, pero no entendía que problema podía haber en tomar un taxi. Claro, eso era producto de su inexperiencia en el área de beber, las fiestas y sí, un poco el aturdimiento que aun le hacía presa la cabeza. Pero atendería lo que Darren dijo, pues era bastante racional, a pesar de que en esos momentos ambos aun no se hallaban del todo sobrios.

En cuanto a lo otro, le siguió con atención. Sintió cierto alivio al escuchar que Darren no estaba enojado ni nada de eso, y el escuchar que se sentía culpable,le hizo dar un respingo. Quiso hablar al respecto, pero Darren se le había adelantado, pidiéndole que no lo abordaran ahora, que lo dejaran para después. Asintió suavemente a sus indicaciones y se dispuso a levantarse.

Como pudo, recuperó su ropa y tras un breve aseo se vistió de nuevo. Luego retiró la ropa de cama y, sosteniéndose de donde pudo (parte el mareo del licor, parte el dolor de la penetración), se dirigió a una de las cómodas de la habitación, abrió el cajón y sacó la ropa de cama limpia. ¿Cómo sabía Colfer a qué mueble acudir? Muy simple, los primeros días de la primera temporada, todo el cast se reunía en casa de Mark (por hallarse en un punto céntrico al que todos podían ir sin viajar mucho) para estudiar sus parlamentos y ensayar, a veces esas sesiones duraban toda la noche, por lo que solían tenderse todos en el piso de la sala o la habitación de Mark y por ende, el chico les decía de donde podían sacar las mantas necesarias para ese fin.

Con ayuda de Darren cambió la ropa de cama anterior y puso la nueva. Como pudieron, dejaron aquello lo más presentable posible, guardando el juego de mantas en una bolsa que dejaron en un lugar escondido, al cual pudieran accesar en su debido momento para hacerse con ella y sustraerla del apartamento para su posterior lavado.

Al terminar toda aquella operación, Colfer miró a Darren. Aun deseaba poder hablar con él, pero se abstuvo, tanto por su petición como por el dolor de cabeza que los estaba torturando. Se acercó a la puerta del cuarto; quiso mirarlo de nuevo, decirle algo otra vez, quizá hasta besarlo, pero se abstuvo. Sólo atinó a sugerir.- Quizá yo deba quedarme aquí... después de todo, se supone que me trajiste para que durmiera, si salimos juntos quizá podrían sospechar algo...-Murmuró al final.

Colfer se esforzó por esbozar una sonrisa alegre cuando Darren dijo que vendría a verlo por la mañana, pero solo consiguió una muy débil y triste.

Le vio salir, cerró la puerta detrás suyo y suspiró. Volvió a la cama con esfuerzo y se tendió en ella con alivio, abrazando una de las almohadas.

Sintió las lágrimas agolparse en sus ojos. El dolor de cabeza lo estaba matando, pero más lo mataba la incertidumbre, lo que pasaría ahora entre Darren y él. ¿Por qué demonios tenía que dejarse llevar así? Lo echó a perder, estaba consciente de eso y le dolía en el alma.

Cerró los ojos. Habría deseado que Darren se quedara, abrazarse de él y dormir, descansando en su calor y su aroma. Recordó la ternura con que le había besado durante el acto y la amargura se incrementó en su interior. Hundió el rostro en la almohada, poco a poco los sollozos se fueron apagando. El chico se había quedado dormido.